Cinta Tort Cartro

CUINA SITUADA I COMUNITÀRIA: CO-LABORATORI DE RESISTÈNCIA

El proyecto Cuina situada i comunitària: co-laboratori de resistència propone involucrar la cocina como una herramienta de experimentación y utilizarla para investigar y abordar las problemáticas que confluyen en nuestras mesas. Se trata de conocer los vínculos existentes entre el alimento, las ruralidades y la comunidad, y de indagar en los retos sociales y ecológicos de nuestra sociedad contemporánea. La investigación quiere evidenciar la necesidad de reivindicar la cocina como un acto político y pretende generar encuentros para cocinar y comer juntas como un aprendizaje espontáneo de celebración. La cocina se abre como un acto de resistencia para crear comunidad y la comida se convierte en una herramienta política de pensamiento colectivo. Lo que comemos y nos alimenta configura un indicador de identidades individuales y colectivas.

Se trata de acercarnos a la cocina a partir de una exploración performativa, conectando mediante nuevos diálogos, compartiendo saberes y sabores, emociones, alimentos, experiencias, afectos y narrativas. A través de instalaciones efímeras y de hackeos espaciales, queremos crear experiencias sensoriales donde se generen puntos de encuentro para poner de manifiesto el ritual de la cocina compartida.

El proyecto se centra en la cocina comunitaria de Sant Antoni, un espacio de cocina abierto al vecindario y a las entidades y colectivos de este barrio de Barcelona, que busca dar respuesta a las necesidades de la comunidad.

Cuina situada i comunitària: co-laboratori de resistència  se emmarca en la colaboración entre ACVic, Centre d’Arts Contemporànies, y la Sala d’Art Jove.

El proyecto ha recibido el acompañamiento de Marina Monsonís.

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Instagram

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CUINA SITUADA I COMUNITÀRIA: CO-LABORATORI DE RESISTÈNCIA

El proyecto Cuina situada i comunitària: co-laboratori de resistència propone involucrar la cocina como una herramienta de experimentación y utilizarla para investigar y abordar las problemáticas que confluyen en nuestras mesas. Se trata de conocer los vínculos existentes entre el alimento, las ruralidades y la comunidad, y de indagar en los retos sociales y ecológicos de nuestra sociedad contemporánea. La investigación quiere evidenciar la necesidad de reivindicar la cocina como un acto político y pretende generar encuentros para cocinar y comer juntas como un aprendizaje espontáneo de celebración. La cocina se abre como un acto de resistencia para crear comunidad y la comida se convierte en una herramienta política de pensamiento colectivo. Lo que comemos y nos alimenta configura un indicador de identidades individuales y colectivas.

Se trata de acercarnos a la cocina a partir de una exploración performativa, conectando mediante nuevos diálogos, compartiendo saberes y sabores, emociones, alimentos, experiencias, afectos y narrativas. A través de instalaciones efímeras y de hackeos espaciales, queremos crear experiencias sensoriales donde se generen puntos de encuentro para poner de manifiesto el ritual de la cocina compartida.

El proyecto se centra en la cocina comunitaria de Sant Antoni, un espacio de cocina abierto al vecindario y a las entidades y colectivos de este barrio de Barcelona, que busca dar respuesta a las necesidades de la comunidad.

Cuina situada i comunitària: co-laboratori de resistència  se emmarca en la colaboración entre ACVic, Centre d’Arts Contemporànies, y la Sala d’Art Jove.

El proyecto ha recibido el acompañamiento de Marina Monsonís.

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