Oscar Moya Villanueva

FLOQUET DE NEU

¿Por qué Floquet de Neu?

Después de su muerte, el 24 de noviembre de 2003, y de pasar casi cuarenta años en el Zoo de Barcelona proveniente de Guinea Ecuatorial, el cuerpo del animal se repartió entre el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona, la Facultad de Veterinaria de la UAB, el Instituto Universitario Dexeus y el mismo Zoo de Barcelona. El motivo de esta repartición parece ser estrictamente científico, pero ¿por qué se ocultó lo que pasó realmente? La versión pública decía que lo habían incinerado y enterrado en el Zoo, en una urna biodegradable y llena de semillas, para que germinara un árbol en su recuerdo.

Actualmente, no hay ningún árbol en memoria de aquel gorila blanco; de hecho, no hay ningún rincón de la ciudad que haga referencia a él. Es sorprendente que, después de explotar su imagen hasta límites que hoy serían insostenibles, parece que el animal no haya existido nunca. ¿Quizá es porque la llegada de Floquet fue fruto de un sistema colonial por el que la clase burguesa de la ciudad de Barcelona se enriqueció durante décadas? ¿O porque podemos considerarlo la última gran estrella del Zoo, ya que su muerte coincidió con el inicio de un cambio de paradigma que ha supuesto la pérdida de popularidad de estos espacios? En cualquier caso, el icono en que convirtieron un animal que podía parecer casi sagrado contrasta con el final misterioso que han tenido sus restos, convertidos en una especie de reliquias abandonadas en diferentes almacenes de la ciudad.

El objetivo del proyecto es revisitar un icono de Barcelona. También es elaborar un discurso contemporáneo sobre aspectos presentes en la historia de la ciudad a través de Floquet de Neu que, sin quererlo, se convirtió en un símbolo. Para ello, propongo dos aproximaciones a la figura de Floquet que se alejan de la representación literal de su imagen y que se articulan entre el relato histórico, la investigación científica y el lenguaje artístico.

El proyecto ha recibido el acompañamiento de David Bestué.

ENLACE:
instagram

Oscar Moya Villanueva

FLOQUET DE NEU

¿Por qué Floquet de Neu?

Después de su muerte, el 24 de noviembre de 2003, y de pasar casi cuarenta años en el Zoo de Barcelona proveniente de Guinea Ecuatorial, el cuerpo del animal se repartió entre el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona, la Facultad de Veterinaria de la UAB, el Instituto Universitario Dexeus y el mismo Zoo de Barcelona. El motivo de esta repartición parece ser estrictamente científico, pero ¿por qué se ocultó lo que pasó realmente? La versión pública decía que lo habían incinerado y enterrado en el Zoo, en una urna biodegradable y llena de semillas, para que germinara un árbol en su recuerdo.

Actualmente, no hay ningún árbol en memoria de aquel gorila blanco; de hecho, no hay ningún rincón de la ciudad que haga referencia a él. Es sorprendente que, después de explotar su imagen hasta límites que hoy serían insostenibles, parece que el animal no haya existido nunca. ¿Quizá es porque la llegada de Floquet fue fruto de un sistema colonial por el que la clase burguesa de la ciudad de Barcelona se enriqueció durante décadas? ¿O porque podemos considerarlo la última gran estrella del Zoo, ya que su muerte coincidió con el inicio de un cambio de paradigma que ha supuesto la pérdida de popularidad de estos espacios? En cualquier caso, el icono en que convirtieron un animal que podía parecer casi sagrado contrasta con el final misterioso que han tenido sus restos, convertidos en una especie de reliquias abandonadas en diferentes almacenes de la ciudad.

El objetivo del proyecto es revisitar un icono de Barcelona. También es elaborar un discurso contemporáneo sobre aspectos presentes en la historia de la ciudad a través de Floquet de Neu que, sin quererlo, se convirtió en un símbolo. Para ello, propongo dos aproximaciones a la figura de Floquet que se alejan de la representación literal de su imagen y que se articulan entre el relato histórico, la investigación científica y el lenguaje artístico.

El proyecto ha recibido el acompañamiento de David Bestué.

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