INAUGURACIÓN:
25 DE NOVIEMBRE A LAS 17 H.
EXPOSICIÓ:
DEL 25 DE NOVIEMBRE AL 31 DE DICIEMBRE DE 2020.
CRÉDITOS:
ARTISTAS:
LAIA GIOL CARREÑO
MARIA GIRÓ (MERINS)
ALBERT GIRONÈS
ANNA ILL
LAURA PUIGDELLÍVOL
DAVID RICART ANDREU
A CURA DE:
PLI-É COLLECTIVE (EVA PAIÀ, MARINA RIBOT PALLICER, ANGELICA TOGNETTI).
DISEÑO GRÁFICO:
CARLES MURILLO.
DESCARGA:
Full de Sala (CAT)
TOTS ELS ORGANISMES
“Todo en el mundo empezó con un sí. Una molécula dijo sí a otra molécula y nació la vida”.
Clarice Lispector (1977): La hora de la estrella.
Todos los organismos que nos rodean, todos los órganos que nos conforman, todos los ritmos que nos habitan… Porosas, húmedas y nunca estables. Somos pura metamorfosis, transformación y mezcla. Estamos hechas de la misma carne, de un único aliento. Nuestro cosmos es un espacio de intercambios recíprocos, un contagio sin fin entre elementos que componen un mismo sustrato.
Las piezas de las artistas descansan en estado latente y, poco a poco, se transforman mimetizando la materia viva. Empiezan a respirar, ensancharse. El aire atraviesa sus venas; el agua, sus ríos; y la vida choca con las rocas de su esqueleto. Palpitan explorando nuevas formas, buscando posibilidades de ser. Enlazan el sonido de sus voces para encontrar maneras de especular lejos, fuera de nosotros, pero también cerca, acariciando nuestra espalda.
Y, de golpe, nos sentimos. Inmersas en esta extraña sensación de percibirnos como cuerpo, de hacer crecer raíces diminutas en los organismos que nos rodean, de perder la forma y de convertirnos en velo. Empezamos a tapar la materia, interrumpimos el espacio, nos doblamos en el hermetismo de alguna cosa encubierta y estallamos. Nos encontramos con la fogosidad de las sedimentaciones, de los objetos generados en colectivo. Y de las bacterias ocultas de nuestro cuerpo; de los caudales insumisos del agua; de las comunidades nacidas del consenso; de los mensajes desafiantes para descifrar; de la extrañeza del propio cuerpo; de los depósitos llenos que incuban elementos.
Las piezas de las artistas se convierten en cuerpos sin límites, hechas de todas las manos que las han acariciado, modelado, palpado. Y la muestra, un organismo lleno de huellas.